martes, 3 de noviembre de 2020

EN ESE SILENCIO

Había luna llena, yo regresaba a mi casa, todo en el ambiente me hizo recordar cuando te conté, en medio de la oscuridad, que de niño el ambiente se llenaba de ese silencio que aquella noche nos envolvía y que en esta me acompañaba por las calles difícilmente iluminadas por una luz que no lograban vencer la neblina, como tampoco una música lejana lograba romper ese silencio inevitable que antes me llevaba hasta mi infancia y que ahora hacía una pausa en el camino de regreso y se posaba por un instante eterno en esa oscuridad a medias que transfiguraba nuestros cuerpos en reposo después del amor.
Recordé el intenso olor de nuestra piel, adormitada entre las sábanas; recordé tus ojos y los míos apagándose en el umbral del sueño, mientras te contaba de ese silencio y de esa música a lo lejos; que esa noche volví a ser niño y me acurruqué en la soledad estropeada de mi pasado y tú me abrazabas para darme ese calor ausente en aquellas lejanas noches.
Recordé que esta noche es imposible que sea esa noche y que esta penumbra no es aquella sublime oscuridad, aunque el silencio haya quedado flotando en el tiempo y me haya encontrado en momentos como este, como ese. Como aquel.

Antes ese silencio me traía una sonrisa melancólica. Ahora, mi sonrisa es triste, además.

En medio de ese silencio caminé hasta la puerta de mi casa y era tu puerta. Y ya no eran mis áridas calles asfaltadas, sino tu camino de tierra húmeda y fértil en domingo al medio día. Ya no era la soledad de mis zapatos cansados, sino la alegre compañía de tus pasos. Ya no era un el sordo silencio de mi habitación, era la música de tu respiración agitada de tanta felicidad.
Así, me envolví entre las sábanas de aquella cama, te abracé y me dormí a tu costado.

No hay comentarios:

ANIVERSARIO

Del big bang en nuestros labios del inicio del resto del desplome del pasado del futuro ahora presente de los poemas que escribieron tus bra...